martes, 11 de enero de 2011

Dos años, el pasado y el tiempo


La verdad es que abrí este blog porque quería ponerme en contacto con Jesús Zamora para que me orientara sobre textos para mi tesis. La entrada sobre Danae y el deseo, si bien tenía intenciones de escribirla, era un mero ejercicio de soltar las ideas y los dedos.

Mi tesis fue un dolor de cabeza y corazón que me dejó agotada para escribir, pero heme aquí nuevamente y espero postear más seguido.

Walter Benjamin ronda en mi cabeza… pero más que pensar en el análisis científico de la historia al que hace referencia en sus tesis, prefiero enfocarme en el tiempo: “La imagen del pasado pasa de largo velozmente. El pasado sólo es atrapable como la imagen que refulge, para nunca más volver, en el instante en que se vuelve reconocible…”

Cuando atrapo en mi memoria esos instantes de pasado, sé de sobra que nunca más regresarán. Por eso prefiero no volver sobre mis días, como sí así pudieran escapar mis recuerdos a la inevitable presencia del tiempo. Como si así, se salvaran de estar condenados al pasado y pudieran seguir existiendo. Y en esas imágenes -entre las que atrapo y las que quisiera que siguieran existiendo-, está mi historia personal.

A 28 años de no saber nada de él, el pasado se vuelve presente. Él escapó al tiempo para no quedar condenado en el pasado, y hoy más que nunca sé que el encuentro será intensísimo.

Tengo una maleta de rueditas, compraré la mochila de camping con un compartimento especial en el que no pierda mis documentos, ropa la necesaria y los regalos que conecten dos mundos.

...¿Y tienes expectativas?, me preguntan.

-No. Sólo voy con el corazón abierto.

1 comentario:

  1. Déjalo abierto. . . creo que es la única manera en la que uno debe hacer estas cosas, estoy seguro que vas a recibir y dar mucho en este encuentro. Me da mucho gusto que hayas luchado por encontrar esa parte que necesitas y estés en el umbral de conocerla. "A por todo!" te oí decir hace poco. . . A por todo!
    Felicidades!
    Besos.

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